¿Cómo reforzar tus defensas con los cambios de clima y el Covid19?

Con los cambios de estación fuertes, nuestro cuerpo se debilita. Por lo tanto, somos más propensos a la fatiga y a las infecciones causadas por virus o bacterias. Salir a la calle con el pelo mojado y los tobillos desnudos nos hace enfermar, según la creencia popular, y comer ajo nos protege de los resfriados. Descubramos por qué nuestro sistema inmunitario es más débil en otoño o invierno y qué podemos para reforzar tus defensas.

¿Qué es el sistema inmunitario?

El sistema inmunitario se encarga de proteger todo nuestro organismo. Es un sistema complejo cuyo funcionamiento está estrechamente ligado al del sistema nervioso y al del aparato digestivo.

En general, el sistema inmunitario es capaz de distinguir entre lo que pertenece a su cuerpo y lo que intenta entrar en él: se trata del complejo mayor de histocompatibilidad, y se denomina inmunidad innata. Cualquier sustancia que pueda desencadenar una respuesta del sistema inmunitario se denomina antígeno

Es a través de las células del sistema inmunitario que podemos contrarrestar estos invasores. Trabajan juntos para reconocerlos y eliminarlos mediante la producción de anticuerpos.

Algunas de estas células tienen la capacidad de recordar al agresor, lo que les permite actuar más rápidamente para eliminarlo si vuelve a aparecer. Esto se llama inmunidad adquirida.

Nuestro sistema inmunitario funciona así: reconocimiento del antígeno, activación de las células inmunitarias, regulación de la respuesta inmunitaria y resolución con la contención y eliminación del invasor.

En el caso de ciertas enfermedades, este funcionamiento se verá afectado.

¿Por qué el frío nos hace enfermar?

En primer lugar, en invierno, el frío ralentiza nuestro cerebro y nuestro estado físico general. Las células se mueven más lentamente, lo que ralentiza la respuesta inmunitaria, dando tiempo a los virus a afianzarse.

En invierno, también tendemos a encerrarnos más fácilmente, ya sea en casa o en lugares públicos, lo que facilita el riesgo de infecciones cruzadas.

Por último, el frío es una ventaja significativa para los virus. Están protegidos por un caparazón que es más resistente cuanto más frío es el aire, lo que aumenta su vida en el aire.

Hábitos para reforzar tus defensas

Hay muchas soluciones disponibles para dar a nuestro sistema inmunológico la ayuda que necesita.

Sueño reparador para tus defensas

El sueño es una función vital del cuerpo. Es durante el sueño cuando nuestro cuerpo repone sus reservas de energía, sintetiza ciertas hormonas, elimina toxinas y estimula los sistemas de defensa inmunitarios.

Para dormir bien, piensa en tu estilo de vida, mantén horarios regulares para acostarse y levantarse, limita el uso de pantallas por la noche y pasa al menos 30 minutos al aire libre cada día para beneficiarte de la luz natural.

Hacer ejercicio

El ejercicio afecta a nuestro sistema inmunitario de varias maneras.

En primer lugar, los músculos son una reserva nutricional fundamental para los glóbulos blancos. Además, de forma más general, el ejercicio ayuda a oxigenar, liberar la tensión muscular, desintoxicar el cuerpo y estimular el sistema inmunológico.

Por último, la actividad, ya sea física o manual, también ayuda a reducir el estrés crónico. El sistema inmunitario está estrechamente correlacionado con nuestro sistema nervioso y por eso los choques emocionales, sean cuales sean, alteran enormemente nuestra inmunidad.

Soluciones naturales para reforzar tus defensas

Aceites esenciales

Para ser eficaces, las células inmunitarias deben poder circular libremente por la sangre. Para ello, hay que desintoxicar nuestro cuerpo y nuestros órganos.

El aceite esencial de limón (Citrus limonum) es un excelente apoyo para el hígado cuando se toma internamente. También refuerza la síntesis de anticuerpos y adelgaza ligeramente la sangre. Por lo tanto, es muy natural para apoyar tu sistema inmunológico y reducir tu fatiga.

Los aceites esenciales aplicados en la piel entran en el torrente sanguíneo en cuestión de segundos. Algunos tienen poderes inmunoestimulantes, como el aceite esencial de ravintsara (Cinnamomum camphora). Tiene una actividad antiviral gracias a sus principios activos que actúan aumentando la fuerza de acción de las células inmunitarias.

Por último, podemos difundir aceites esenciales para limpiar el aire que respiramos. El aceite esencial de eucalipto radiata es un excelente antiinfeccioso. En difusión, no sólo liberará su aire de agentes infecciosos, sino que también le permitirá beneficiarse de sus propiedades inmunoestimulantes, descongestionantes, antitusivas y expectorantes.

Omega 3

Los omega 3 son ácidos grasos esenciales que el organismo no puede sintetizar por sí mismo, de ahí la importancia de aportarlos a través de la dieta.

Los beneficios de los omega 3 son reconocidos por favorecer el equilibrio nervioso, el buen funcionamiento del corazón y el mantenimiento de la piel, pero también desempeñan un importante papel en el apoyo a nuestra inmunidad.

En efecto, las membranas celulares están compuestas principalmente por ácidos grasos. Por lo tanto, los omega 3 intervienen en la composición de las membranas celulares, la estructura, la función y la integridad de estas células.

Pero eso no es todo. Regulan la expresión genética de los glóbulos blancos, reducen la producción de compuestos inflamatorios que pueden dañar el sistema inmunitario y mejoran la forma en que las células se comunican entre sí, lo que resulta útil en caso de infección.

Propóleo

El propóleo es un recubrimiento que las abejas utilizan para cubrir todas las superficies interiores de la colmena para mantenerla fuerte y protegerla de los ataques externos.

Es conocido por sus propiedades antimicrobianas, bactericidas y fungicidas. Tiene un efecto directo sobre los patógenos al debilitar su membrana y limitar su adhesión. Pero también tiene una actividad de fondo, al estimular la producción de células inmunitarias para luchar contra las infecciones.

Probióticos para tus defensas

El 70% de las células inmunitarias están en el intestino. Estas células no sólo ayudan a tolerar los alimentos y las bacterias de la flora intestinal, sino que también defienden al organismo contra los gérmenes patógenos.

Así pues, los probióticos tienen la capacidad de estimular el sistema inmunitario y participar en la defensa antiinfecciosa estimulando las células inmunitarias para inducir una respuesta defensiva más rápida y eficaz.

Referencias

Dominique Kaiserlian, Stéphane Nancey. 2007. Cahiers de nutrition et de diététique. Probiotiques et immunité.

F. Gottrand. 2007. Archives de Pédiatrie. Acides gras polyinsaturés et immunité.

Jean-Michel Lardry, Valérie Haberkorn. 2007. Kinésithérapie, La revue.  L’aromathérapie et les huiles essentielles. 

Peter J. Delves, PhD, University College London, London, UK. 2019. Présentation du système immunitaire.

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