Cada vez son más las personas que sufren hinchazón, ardor de estómago o flatulencias, principales consecuencias de una mala digestión. Pero, ¿cuáles son los buenos hábitos alimenticios a adoptar para mejorar la digestión y evitar así estos inconvenientes?
Nutrimea te da hoy 10 consejos para que hagas mejor la digestión y te sientas mejor cada día.
Sommaire
Come despacio en las comidas
Es importante tomarse su tiempo durante las comidas porque una masticación adecuada facilita la asimilación de los alimentos con la saliva y activa las primeras fases de la digestión. La digestión comienza en cuanto se ingieren los alimentos. Continúa a lo largo de todo el tracto digestivo, mediante la acción de las enzimas salivales, gástricas, pancreáticas, biliares e intestinales.
Además, comer despacio permite que nuestro cerebro reciba señales de saciedad de nuestro estómago para evitar comer en exceso.
Tomar las comidas a horas regulares
Comer a horas fijas a veces puede resultar restrictivo, pero es muy beneficioso para la salud. De hecho, comer a horas fijas contribuye a una buena digestión.(1) Además, es importante tomarse el tiempo necesario para comer lo suficiente durante las comidas para evitar el picoteo que favorece una mala digestión.
Llevar pantalones de talle alto, cinturones o faldas demasiado ajustados, puede provocar dolores de barriga, hinchazón o flatulencias. Esto se debe a que la presión sobre el abdomen ralentiza el trabajo del estómago y provoca una mala digestión.
Cada vez son más las personas que sufren hinchazón, ardor de estómago o flatulencias, principales consecuencias de una mala digestión. Pero, ¿cuáles son los buenos hábitos alimenticios a adoptar para mejorar la digestión y evitar así estos inconvenientes?
Nutrimea te da hoy 10 consejos para que hagas mejor la digestión y te sientas mejor cada día.
Evita la ropa ajustada al estómago
Llevar pantalones de cintura alta, cinturones o faldas demasiado ajustados puede provocar dolores de estómago, hinchazón o flatulencias. Esto se debe a que la presión sobre el abdomen ralentiza el trabajo del estómago y provoca una mala digestión.
La ropa ajustada puede tener otros efectos adversos para la salud, como rozaduras, hongos vaginales o mala circulación sanguínea.
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Seguir una dieta variada y equilibrada
Elija alimentos frescos, mínimamente procesados, en lugar de comidas precocinadas compradas en supermercados. Los alimentos industriales contienen aditivos que pueden provocar malas digestiones. Cocinar sus propios alimentos ayuda a controlar la cantidad de grasa, azúcar y sal en su dieta.
Los frutos secos y las verduras frescas contienen mucha agua y mantienen el cuerpo hidratado. Aportan hidratos de carbono, vitaminas, calcio y fibra alimentaria que favorecen una buena digestión.
Una dieta variada garantiza una buena digestión porque todas las familias de alimentos aportan al organismo nutrientes esenciales que interactúan juntos en el tubo digestivo.(2)
Limitar el consumo de ciertos alimentos
Conviene evitar ciertos alimentos para favorecer una mejor digestión:
Limitar el consumo de verduras crudas, cebollas y verduras de la familia de las coles (brécol, coliflor, etc.) que aumentan la flatulencia.
Limitar los alimentos que aumentan la absorción de aire, como los refrescos, el chicle y los alimentos «aireados» como el pan de molde.
Limite las comidas picantes, que son más difíciles de digerir.
Limitar los estimulantes
No se recomienda el consumo de bebidas estimulantes como el café, el té, el alcohol y las bebidas azucaradas, ya que pueden interferir en las funciones de digestión y eliminación.(3) De hecho, la cafeína estimula la producción de ácidos en el estómago, lo que puede causar irritación y ardor.(4)
El alcohol es perjudicial para la salud y, en particular, para la digestión. Un consumo excesivo provoca trastornos en la absorción intestinal de nutrientes y de ciertas vitaminas.(5)
Las bebidas azucaradas tampoco favorecen una buena digestión porque el azúcar acidifica el estómago y las fermentaciones intestinales, perturbando la flora bacteriana.(6)
Prefiera los fermentos lácticos
Los fermentos lácticos también se denominan probióticos. Un tratamiento con probióticos puede ayudarte a restablecer la simbiosis de tu microbiota, que es el contenido de tu intestino, compuesto por miles de millones de bacterias. Muchos alimentos como la leche, el yogur y el queso contienen fermentos lácticos que tienen un efecto beneficioso sobre la función digestiva, la flora intestinal, el tránsito y el sistema inmunitario.(7)
Los probióticos también pueden consumirse en forma de complementos alimenticios. El producto Probióticos de Nutrimea contiene una mezcla de 7 fermentos lácticos presentes de forma natural en nuestra flora intestinal.