La enfermedad inflamatoria intestinal crónica (EII), se presenta principalmente en dos formas. Enfermedad de Crohn (EC) y colitis ulcerosa (CU). Se producen por la inflamación del revestimiento de una parte del tubo digestivo. Ambas enfermedades son crónicas y se caracterizan por recaídas y remisiones. El diagnóstico de la EC y la CU y su diferenciación precisa de otras enfermedades inflamatorias del colon se basa en una combinación de características clínicas, radiológicas, endoscópicas (interior del órgano) e histológicas (tejido vivo)(1).
Además, estas enfermedades afectan cada año a una mayor población. Por eso es frecuente la búsqueda de tratamiento. Varios científicos han puesto de manifiesto la importancia del impacto de las bacterias intestinales, y ahora tratan de aprovecharlo.
Sommaire
Enfoque en la EII
Enfermedad de Crohn
La enfermedad de Crohn (EC) es una enfermedad intestinal inflamatoria crónica. La patogénesis es desconocida e implica la interacción de factores. La enfermedad se caracteriza por brotes inflamatorios (dolor abdominal, diarrea, etc.), intercalados con fases de remisión sin síntomas.
Las causas de la EC no están claras, pero se incriminan varios factores (genéticos, inmunológicos y microbianos). En Francia se registran casi 4.000 nuevos casos al año.
Rectocolitis hemorrágica
La rectocolitis hemorrágica (CU), o colitis ulcerosa, es una enfermedad que afecta al intestino grueso (colon). Otras manifestaciones pueden afectar a otros órganos: articulaciones, piel, ojos, hígado, etc. Es una enfermedad inflamatoria con un mecanismo complejo. El colon se ve afectado de abajo a arriba. La inflamación afecta principalmente al recto y a veces puede extenderse al colon de forma continua hasta su parte superior. A diferencia de la enfermedad de Crohn, la CU sólo afecta al colon. Esta patología crónica evoluciona en «brotes» separados por períodos de remisión de duración variable.
En Francia, esta enfermedad afecta aproximadamente a 1 de cada 1.000 personas.
Pouchitis
La pouchitis es la complicación más frecuente tras la proctocolectomía (extirpación quirúrgica del colon) y la anastomosis ileal (restablecimiento de la continuidad entre el intestino delgado y el ano) en pacientes con colitis ulcerosa.
La pouchitis se produce hasta en el 60% de los pacientes tras la anastomosis de la bolsa ileal para la colitis ulcerosa.
La prueba más importante para el diagnóstico de esta enfermedad es la endoscopia de la bolsa con biopsia. Se extrae una porción de la bolsa ileal y se analiza. Los antibióticos siguen siendo la base del tratamiento, aunque existen otras opciones para los pacientes que son refractarios a la terapia antibiótica.
Dada la naturaleza dinámica de la actividad de estas enfermedades, los tratamientos farmacológicos tienen como objetivo reducir la enfermedad activa y mantenerla en remisión. Existen varios tratamientos, que varían según la gravedad y el estadio de la enfermedad.
La toxicidad y los efectos adversos asociados al uso frecuente y prolongado de muchos de estos fármacos están impulsando la búsqueda de alternativas eficaces y más seguras. Entre estos enfoques, el uso de prebióticos y probióticos parece prometedor(3).
Nuevos enfoques terapéuticos
El tracto gastrointestinal alberga altas concentraciones de varias especies de bacterias que normalmente mantienen una relación simbiótica, es decir, beneficiosa tanto para las bacterias como para nuestro organismo. Estas bacterias influyen en la estructura y el funcionamiento del intestino y son importantes para el desarrollo del sistema inmunitario.
En la EII, se ha observado que estas bacterias «buenas» ayudan a compensar las funciones que la microbiota intestinal ya no puede cumplir eficazmente. En particular, actuarán sobre tres puntos importantes
- reducción de la inflamación
- reducir la sensibilidad al dolor
- reducción de la permeabilidad intestinal
Probióticos
Los probióticos son microorganismos vivos, formados por levaduras y bacterias no patógenas. Se supone que restauran el equilibrio microbiano del tracto gastrointestinal.
El tratamiento de los trastornos intestinales suele sugerir el uso de probióticos, pero ahora se trata de identificar las bacterias probióticas más eficaces.(5)
Búsqueda de cepas
Un estudio de 2021 utiliza un cribado de alto rendimiento para evaluar más de 20 bacterias probióticas, in vitro e in vivo en modelos de ratón de la EII, para evaluar su capacidad de restaurar la barrera intestinal.
La especie bacteriana probiótica L. acidophilus proporciona una consolidación rápida y significativa de la barrera intestinal. La cepa se une a la superficie de la membrana epitelial intestinal e interactúa con una proteína. De este modo, favorece la respuesta inmunitaria del intestino.
Una prueba de concepto en ratones permite una rápida y marcada mejora del intestino delgado y de la barrera epitelial del colon en ratones, con lo que «se previene la formación de la inflamación del colon y se favorece la curación de la colitis», concluye el autor principal, el Dr. Thomas Ma, de la Facultad de Medicina de Penn State.
De hecho, estas bacterias pueden utilizarse para tratar una amplia gama de trastornos de permeabilidad intestinal. Entre ellas se encuentran la EII, pero también la enterocolitis necrotizante, la enfermedad del hígado graso y la enfermedad celíaca.
Están surgiendo otros efectos beneficiosos de los probióticos en el tratamiento de la inflamación intestinal.
Resultados sobre cepas específicas
Varios estudios utilizaron un tratamiento, el VSL#3. VSL#3 es una combinación de 4 cepas de Lactobacillus (L. casei, L. plantarum, L. acidophilus, L. delbruekii subsp. bulgaricus), 3 cepas de Bifidobacterias (B. longim, B. breve y B. infantis) y Streptococcus salivarius subsp. thermophilus.
En el primer estudio, los resultados iniciales mostraron el desarrollo de pouchitis aguda en sólo el 10% de los pacientes del grupo VSL#3, en comparación con el 40% del grupo placebo.
En otro estudio de 36 pacientes con al menos dos episodios de pouchitis en el año anterior, la remisión se mantuvo en el 85% de los pacientes del grupo de VSL#3 en comparación con el 6% del grupo de placebo.
A nivel general, en los ensayos controlados aleatorios, el VSL#3 parece ser beneficioso para prevenir las infecciones pulmonares y la aparición de nuevas recaídas(7)
Prebióticos
El término prebiótico se refiere a una sustancia alimentaria que no se digiere en el intestino delgado humano. Promueve el crecimiento selectivo de bacterias beneficiosas en el colon. El papel de la dieta en la modulación del microbioma intestinal aún no está totalmente estudiado. Pero se sabe que los hidratos de carbono como la oligofructosa, la inulina y los galactooligosacáridos estimulan selectivamente el crecimiento de las bifidobacterias y los lactobacilos en el colon (efecto prebiótico) y contribuyen así a la función de barrera.
Se cree que los prebióticos mejoran la barrera intestinal al estimular el crecimiento de las bacterias protectoras que regulan los mecanismos de defensa epitelial que protegen contra la inflamación intestinal.
Un estudio realizado en 2014 separó dos grupos. Uno de ellos fue tratado con fructo-oligosacáridos (FOS) y otro con un placebo.
En el grupo tratado con prebióticos, hubo un aumento de bifidobacterias y lactobacilos en el colon proximal y distal. Se ha demostrado que los FOS estimulan el crecimiento de las bifidobacterias fecales y de la mucosa en personas con EC.
Este grupo muestra un aumento de los factores que suprimen ciertas células implicadas en la inflamación (citoquinas antiinflamatorias)(7).
Simbióticos
En 2011, se publicó un estudio sobre el efecto combinado de una cepa probiótica, Bifidobacterium breve, y un prebiótico, galacto-oligosacárido (GOS) en pacientes con colitis ulcerosa.
Se realizó una endoscopia colónica durante el periodo de ingreso. Dentro de las personas de prueba, se formaron dos grupos, uno de control y otro de tratamiento.
Tras el tratamiento simbiótico de un año, se realizó una endoscopia en ambos grupos. La puntuación de la endoscopia, que cuantifica la enfermedad, del grupo tratado fue significativamente menor que la del grupo de control.
También se mide la mieloperoxidasa (MPO). La MPO es secretada por las células que se acumulan en las lesiones inflamatorias y también se correlaciona positivamente con la gravedad de la enfermedad en la enfermedad inflamatoria intestinal.
Las cantidades de MPO eran comparables entre los dos grupos al principio del experimento. Al final del estudio, los niveles de MPO eran significativamente más bajos que en el grupo de control.
Conclusión
En resumen, los probióticos y los prebióticos están surgiendo como un enfoque interesante para el tratamiento de la EII. Serán necesarios más estudios, probando diferentes protocolos, o permitiendo la reproducibilidad de los resultados obtenidos, para establecer realmente si son o no una opción real de tratamiento. Así que, ¡permanezcamos atentos!
Referencias
(1)Rolfe VE, Fortun PJ, Hawkey CJ, Bath-Hextall FJ. Probiotics for maintenance of remission in Crohn’s disease. Cochrane Database of Systematic Reviews 2006, Issue 4. Art. No.: CD004826.
(3)PARDI, D.S. and SANDBORN, W.J. Systematic review: the management of pouchitis. Alimentary Pharmacology & Therapeutics, 2006, 23: 1087-1096.
(5)Rana Al-Sadi, Prashant Nighot, Meghali Nighot, Mohammad Haque, Manmeet Rawat, Thomas Y. Ma. Lactobacillus acidophilus Induces a Strain-specific and Toll-Like Receptor 2–Dependent Enhancement of Intestinal Epithelial Tight Junction Barrier and Protection Against Intestinal Inflammation. The American Journal of Pathology, Volume 191, Issue 5, 2021, Pages 872-884.
(7)Lewis JD, Ruemmele FM, Wu GD (eds): Nutrition, Gut Microbiota and Immunity: Therapeutic Targets for IBD. Nestlé Nutr Inst Workshop Ser, vol 79, pp 83–100. (8)Hideki Ishikawaa Satoshi Matsumotob Yuji Ohashib Akemi Imaokab Hiromi Setoyamab Yoshinori Umesakib Ryuichiro Tanakab Toru Otanic. Beneficial Effects of Probiotic Bifidobacterium and Galacto-Oligosaccharide in Patients with Ulcerative Colitis: A Randomized Controlled Study.