En las últimas décadas, la medicina alternativa ha tenido el viento a favor, ya sea por la aromaterapia o la fitoterapia, estamos viendo un creciente interés por tratar dolencias grandes y pequeñas. Más barata y a veces igual de eficaz, esta moda no perdona a nuestras mascotas. Esta técnica ancestral, utilizada instintivamente por los animales salvajes para satisfacer sus necesidades primitivas, se está abriendo paso en nuestra vida cotidiana. Zoom sobre el uso de la fitoterapia para tratar los chichones de nuestras mascotas.
Sommaire
Historia
Desde hace mucho tiempo, la naturaleza y las plantas han representado un recurso esencial y único para la humanidad, proporcionando alimento, protección pero también curación.
Considerada como una de las medicinas más antiguas utilizadas en la Tierra, la fitoterapia había perdido notoriedad en las últimas décadas, alrededor de 1950, en beneficio de la medicina alopática y sus derivados químicos con principios activos fabricados en laboratorios. Sólo en los últimos diez años se ha producido un verdadero renacimiento del interés.
La fitoterapia tiene su origen en el griego «phyto» que significa planta y «therapeia » que significa tratamiento. Se basa en el uso de muchas plantas reconocidas por sus activos naturales, cuyo estudio se ha basado en estudios observacionales e investigaciones científicas más profundas.
Su objetivo es mejorar el estado de salud, tratar y calmar a través de las virtudes terapéuticas de las plantas medicinales, y gracias a su «totum«, que representa todas las moléculas contenidas en la planta. Esta variada composición química es una garantía de la eficacia de la planta, ya que estos principios son complementarios e incluso pueden potenciarse entre sí.
Animales y fitoterapia
Del mismo modo, el uso de la fitoterapia veterinaria es muy antiguo en nuestra civilización. Durante mucho tiempo, los humanos también utilizaron plantas para tratar a sus animales. Sin embargo, la domesticación cada vez más extendida de los animales y el uso de productos alopáticos en el mercado también para ellos ha contribuido a que se abandone esta práctica. Además, asistimos a la aparición de todos los efectos nocivos vinculados al uso abusivo de productos químicos en los animales. «Los animales están enfermos hoy porque hemos olvidado que éstas eran sus condiciones de vida originales. El uso de antiparasitarios, por ejemplo, las pastillas antipulgas, las gotas que contienen fipronil aplicadas en el lomo -que están pensadas para la comodidad de los propietarios, pero que sobre todo no son inocuas para la salud de los animales «, señala Gilles Grosmond, veterinario y adiestrador especializado en fitoterapia.
La zoofarmacognosia del griego «zoo» animal, «pharma» fármaco y «gnosis» conocimiento, representa la práctica mediante la cual los animales salvajes se vinculan, comunican y utilizan las plantas de su entorno con fines de bienestar y medicación. Así, utilizan su instinto innato en un concepto de adaptación evolutiva para seleccionar mediante mecanismos químicos complejos que implican varios sentidos, incluido el olfato, por ejemplo. Es lo que se conoce como automedicación. Como resultado de la domesticación, estas facultades se van perdiendo y es aquí donde vemos la reintroducción gradual de las plantas y el advenimiento de técnicas como la zoofarmacognosia adaptativa.
Plantas para mascotas, ¿de qué forma?
Las plantas medicinales se utilizan en diferentes formas, permitiendo una asimilación variable del totum de la planta condicionando así su eficacia. Es necesario conocer las formas adecuadas para animales así como las diferentes características de cada una de ellas para permitir un uso óptimo y mezclas de plantas compatibles.
Entre las formas de plantas que se pueden encontrar: plantas frescas, plantas secas en trozos, extractos fluidos clásicos, extractos secos, macerados, tintura madre, tintura oficial o alcoholaturas. Sin embargo, éstas no siempre son adecuadas para su uso por animales.
Hay varias plantas recomendadas para este fin, que veremos con más detalle a continuación.
Polvo de plantas secas
Se dice que esta forma es la más adaptada para su uso por animales por diversas razones.
Esta forma permite la personalización del producto adaptado a las necesidades de su animal ya que tiene el coste más barato y permite una fácil mezcla. En efecto, los distintos polvos vegetales deshidratados son fáciles de combinar para obtener todos los efectos deseados e incluso añadir otras sustancias como nutrientes que facilitarán la absorción de las sustancias activas.
Por último, para el gusto y el olor que a veces es amargo, los perros y gatos tienden a evitarlo. Se pueden mezclar en los alimentos o añadir en pequeñas dosis que permitan que el animal se acostumbre al sabor.
Extractos líquidos
Los extractos líquidos también se utilizan para tratar a los animales, pero su uso debe ser controlado. En general, se recomienda diluir los extractos antes de su administración y respetar las dosis recomendadas.
Plantas frescas
Las plantas frescas también se utilizan en forma de jugo fresco obtenido mediante trituración o licuación. Sin embargo, esta forma es menos común debido a su menor disponibilidad y duración limitada.
Es importante destacar que antes de utilizar cualquier tipo de fitoterapia en tu mascota, es necesario consultar con un veterinario especializado en esta área, ya que cada animal es único y pueden existir contraindicaciones o interacciones con otros medicamentos o condiciones de salud preexistentes. El veterinario podrá evaluar el caso particular de tu mascota y recomendar las mejores opciones de tratamiento.