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La carnosina es una molécula resultante de la digestión de la carne. Descubramos las virtudes y modos de acción de este preciado complemento alimenticio...
La carnosina está presente de forma natural en el organismo, especialmente en el corazón, el músculo esquelético y el cerebro. Este dipéptido es una combinación natural de dos aminoácidos: la alanina y la histidina.
Fue identificado por el bioquímico ruso Vladimir Sergeevich Gulevich a finales del siglo XIX a partir de músculos de mamíferos. Fue entonces el Dr. Sergey Stvolinsky quien se interesó por esta molécula a principios de la década de 2000, descubriendo su acción sobre la duración de la vida de las células.
Desde entonces, la carnosina ha sido objeto de un interés científico particular en los últimos años y ha sido objeto de numerosos estudios en todo el mundo (en Corea, Gran Bretaña, Rusia, etc.) que revelan sus importantes propiedades antioxidantes.
Su nivel en el organismo disminuye con el tiempo, en un 63% entre los 10 y los 70 años. Esta disminución es responsable de la flacidez de la piel y de la pérdida de masa muscular asociadas a la edad.
La carnosina se encuentra sobre todo en el músculo de los mamíferos y, por tanto, en la carne.
Se encuentra en grandes cantidades en el anca de caballo (616 mg/100g), la pechuga de pavo (538 mg/100g), el lomo o la paleta de cerdo (466 mg/100g), el costillar (379 mg/100g), el pollo (290 mg/100g) y el pavo (240 mg/100g).
Los productos del mar carecen prácticamente de ella: la anguila (2 mg/100g) y la langosta (1 mg/100g).
La carnosina sólo está presente en trazas en los alimentos vegetales, lo que limita mucho su ingesta por parte de los vegetarianos y, más aún, de los veganos, que son más propensos a sufrir una carencia de carnosina.
Esta es la principal virtud de la carnosina, que procede de su potente acción antioxidante. Varios estudios realizados en todo el mundo han confirmado las propiedades antioxidantes de la carnosina, especialmente en California1 y Rusia2.
Así, sería capaz de atrapar los radicales libres responsables del envejecimiento prematuro, e incluso de oponerse al fenómeno de la glicación (una reacción natural que se produce durante la hiperglucemia), de la que se sospecha que acelera el proceso de envejecimiento de las células.
La carnosina, además de limitar el envejecimiento celular y orgánico - reduciendo el riesgo de contraer enfermedades asociadas a la vejez - también es muy apreciada para combatir la flacidez de la piel y las arrugas.
Tras la observación de que muchas personas diabéticas o prediabéticas tienen una concentración de carnosina mucho más baja de lo normal en sus células musculares y cerebrales, el fenómeno ha sido estudiado por la ciencia.
Al parecer, el efecto de la carnosina sobre la eliminación de las proteínas de glicación es también responsable de su efecto sobre la diabetes.
Un reciente estudio iraní3 demostró la eficacia de la suplementación con carnosina en los niveles de azúcar en sangre en ayunas, así como en los niveles de triglicéridos y de TTP (Productos de Glicación Terminal) en personas con diabetes de tipo 2.
Los PTG, entre otros daños, pueden provocar la opacificación del cristalino, lo que conduce a una disminución progresiva de la agudeza visual. Al oponerse a la glicación, la carnosina podría combatir eficazmente la aparición de cataratas.
Al actuar contra la acción nociva de los radicales libres y de las proteínas glicosiladas, la carnosina tendría un verdadero papel protector del tejido nervioso. En particular, la suplementación con carnosina en personas que padecen enfermedades neurodegenerativas tiende a ralentizar la pérdida progresiva de neuronas protegiendo el tejido nervioso.
Un estudio de 20144 sugiere el efecto protector de la carnosina en la enfermedad de Parkinson y otro de 20115 muestra una mejora de los déficits cognitivos relacionados con la enfermedad de Alzheimer.
No existe una ingesta recomendada de carnosina, que el organismo sintetiza de forma natural, aunque su producción se reduce considerablemente con la edad.
Además, parece que no todos somos iguales en cuanto a nuestras necesidades, algunos "consumimos" más que otros.
No obstante, se admite que la suplementación con carnosina, para ser eficaz, debe aportar entre 500 y 1200 mg al día en una a tres tomas.
Los vegetarianos, veganos y diabéticos también tienen mayores necesidades.
La ingesta de carnosina en las cantidades recomendadas no ha provocado efectos secundarios hasta la fecha.
Sin embargo, el NMCD (Nutrition, Metabolism & Cardiovascular Diseases) desaconseja tomarla a las mujeres embarazadas y en periodo de lactancia a falta de datos disponibles para evaluar su seguridad.
Por otra parte, parece que la carnosina puede interactuar negativamente con determinados medicamentos o suplementos vegetales con efecto hipotensor.
Por lo tanto, es aconsejable consultar a su médico antes de iniciar un tratamiento con carnosina.
Un estudio publicado en 2012 en el American Journal of Therapeutics6 dio la razón a nuestras abuelas cuando recomendaban el caldo de pollo para curar más rápidamente los virus invernales.
La eficacia de esta bebida tan natural se debe a la carnosina que contiene en grandes cantidades. Actúa como antiinflamatorio y refuerza el sistema inmunitario para combatir la gripe, los resfriados y la rinofaringitis.
Por lo tanto, una pequeña cura de carnosina en la estación fría sería un muy buen tratamiento preventivo contra los virus invernales y ¡un buen remedio si ya han atacado!
También te encantarán estos ingredientes por sus efectos antiedad y antioxidantes:
1. Kohen R.; Yamamoto Y.; Cundy K.C.; Ames B.N., 1988: Antioxidant activity of carnosine homocarnosine and anserine present in muscle and brain.
2. Babizhayev MA, Seguin MC, Gueyne J, Evstigneeva RP, Ageyeva EA, Zheltukhina GA. L-carnosine (beta-alanyl-L-histidine) and carcinine (beta-alanylhistamine) act as natural antioxidants with hydroxyl-radical-scavenging and lipid-peroxidase activities. Biochem J. 1994;304 ( Pt 2):509-16
3. Houjeghani S, Kheirouri S, Faraji E, Jafarabadi MA (2018) La suplementación con L-Carnosina atenuó la glucosa en ayunas, los triglicéridos, los productos finales de glicación avanzada y los niveles de factor de necrosis tumoral-α en pacientes con diabetes tipo 2: un ensayo clínico aleatorizado doble ciego controlado con placebo. Nutr Res 49: 96-106.
4. Hipkiss, A. R. (2014). Aging risk factors and Parkinson's disease: Contrasting roles of common dietary constituents. Neurobiol- ogy of Aging, 35(6), 1469-1472.
5. Corona C, Frazzini V, Silvestri E, et al. Effects of dietary supplementation of carnosine on mitochondrial dysfunction, amyloid pathology, and cognitive deficits in 3xTg-AD mice. PLoS One. 2011;6(3):e17971.
6. Babishayev, M y Deyev, A. (2012). Gestión de la infección por el virus de la gripe virulenta mediante la formulación oral de carnosina no hidrolizada e isopéptido de carnosina que atenúa la producción de óxido nítrico inducida por citoquinas proinflamatorias. Revista Americana de Terapéutica. Vol. 19 - Issue 1: pp e25-e47.