Levadura de Arroz Rojo q10 Colesterol
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La acerola es el fruto de un pequeño arbusto del mismo nombre con muchos beneficios, que prolifera en las regiones tropicales de Sudamérica, sobre todo en Perú, el Caribe y en el corazón de las selvas amazónicas de Venezuela y Brasil. Este arbusto exótico produce bayas rojas de sabor ácido, que se parecen casi a las cerezas: las bayas de acerola. Decubre sobre estas super bayas con muchos beneficios para la salud...
Aunque estas pequeñas bayas han sido consumidas desde siempre por los indios amazónicos para aliviar la disentería, los problemas hepáticos y ciertas diarreas, su nombre científico no les fue dado hasta el siglo XVII por el naturalista sueco Carl von Linné. Etimológicamente, acerola es una palabra española que significa "cereza de arce", y el arbusto que la produce recibe el sobrenombre de "árbol de la salud". No fue hasta 1950 cuando fueron objeto de varios estudios científicos que destacaban sus numerosas cualidades nutricionales. Los resultados de estos estudios convirtieron a la acerola en una de las primeras superfrutas de la red.
Estas bayas rojas, también conocidas como cerezas de Barbados, son tanto un sueño por sus orígenes exóticos como por sus beneficios para la salud. Son especialmente buenas fuentes de las vitaminas y minerales que se detallan a continuación, origen de sus numerosas virtudes.
La acerola es famosa por su excepcional contenido en vitamina C, ya que contiene entre 30 y 40 veces más vitamina C que la naranja ¡y entre 10 y 20 veces más que el kiwi! Su contenido en vitamina C depende de su madurez, del clima y de la época de recolección. En el siglo XVI, los grandes navegantes solían tomar zumo de acerola para prevenir el escorbuto, la grave carencia de vitamina C que conduce a la muerte.
Esta vitamina hidrosoluble no es sintetizada por el cuerpo humano, que sin embargo la necesita a diario para participar en cientos de procesos del organismo. Contenida principalmente en frutas y verduras frescas, es también la más frágil de todas las vitaminas. Es sensible al calor, a la luz y a la oxidación. Una verdura pierde la mitad de su contenido en vitamina C cuando se cocina, y un vaso de zumo de naranja exprimido, dejado media hora al aire libre, carece prácticamente de ella.
Por tanto, no es tan sencillo satisfacer nuestras necesidades diarias de ácido ascórbico.
La acerola es también una muy buena fuente de minerales, en particular magnesio, potasio, fósforo y hierro, que contribuyen a mejorar el rendimiento intelectual y a combatir la fatiga. Esta abundancia de minerales contribuye a hacer de la acerola una superfruta excepcionalmente rica en nutrientes.
La vitamina A y el betacaroteno son pigmentos flavonoides que confieren a la acerola su atractivo color rojo y le proporcionan una actividad antioxidante adicional. Actúan en sinergia con la vitamina C para decuplicar la acción sobre los radicales libres. El betacaroteno y la vitamina A también son conocidos por su papel en la agudeza visual y la cicatrización de heridas.
Vitamina antifatiga por excelencia, la vitamina C contenida en la acerola es conocida por ayudar a reforzar los sistemas inmunitarios debilitados, aumentar las defensas naturales y tonificar en caso de estrés o exceso de trabajo.
Los principales síntomas de la carencia de vitamina C son el cansancio y la falta de energía, que suelen aparecer a principios del invierno, cuando nuestro apetito nos empuja hacia platos ricos y reconfortantes y nos aleja de las verduras crudas, la fruta fresca y las ensaladas. Los suplementos de vitamina C son muy eficaces para mejorar estos síntomas.
La vitamina C tiene la capacidad de facilitar la absorción del hierro en el organismo, principalmente el hierro no hemo de origen vegetal. La anemia ferropénica es una carencia frecuente en los países industrializados, e incluso es la más común en las mujeres en edad fértil, que pierden mucho hierro con cada menstruación.
Para beneficiarse de esta acción antianémica, la vitamina debe tomarse con las comidas.
La vitamina C contenida en la acerola es una de las principales vitaminas antioxidantes. Protege las células del efecto de los radicales libres, perjudiciales para el organismo por su fuerte poder oxidante.
La vitamina C protege así las células del envejecimiento prematuro. Esto se puede comprobar fácilmente rociando zumo de limón (rico en vitamina C) sobre un trozo de manzana pelada: no se ennegrecerá ni se estropeará por la oxidación. Esto es lo que ocurre a menor escala con las células de nuestro cuerpo.
Al participar en la producción de colágeno -una proteína esencial para la formación de tejido conjuntivo y que es también la más abundante en nuestro organismo-, la vitamina C estimula el fortalecimiento de dientes y huesos y ayuda a la cicatrización de la piel. La producción de colágeno disminuye con la edad, lo que explica la formación de arrugas, la flacidez de la piel y el debilitamiento de cartílagos y articulaciones.
Se consume habitualmente en forma de complementos alimenticios, zumos, comprimidos o cápsulas. La dosis máxima recomendada es de 1 g de pulpa de fruta al día. Sin embargo, un estudio de 2011 demostró que un consumo diario de 100 ml de zumo de acerola no tenía efectos secundarios. El exceso de vitamina C es filtrado por los riñones y eliminado por la orina.
Un consumo razonable de acerola no tiene efectos secundarios, pero puede tenerlos un consumo excesivo. Puede producirse diarrea temporal, por lo que es aconsejable reducir la dosis de acerola consumida.
También pueden aparecer granos en el cuerpo, debido a las propiedades desintoxicantes de la acerola sobre los riñones y la piel. El consumo regular y elevado de acerola está contraindicado para las personas que padecen gota o cálculos renales, ya que puede aumentar la formación de ácido úrico y cálculos.
Estudios recientes realizados sobre la acerola han puesto de relieve su efecto en la lucha contra la obesidad y las enfermedades cardiovasculares relacionadas. ¿En qué ayuda?
Se dice que la carencia de vitamina C es responsable de las ansias intempestivas de comer, que son a su vez la causa del aumento de peso. Estas ansias se regularían en cuanto se corrigiera el aporte vitamínico.
Además, la vitamina C contenida en la acerola estimula la producción de noradrenalina, una hormona preciosa que favorece la lipólisis (destrucción del tejido adiposo).
La vitamina C refuerza las paredes de los vasos sanguíneos y reduce el colesterol LDL, considerado como colesterol malo. Del mismo modo, su acción protegería las células sanguíneas de los riñones y del hígado, de una alimentación demasiado rica y desequilibrada.
Dos estudios recientes han demostrado los beneficios de dar prioridad a la Vitamina C a través de los extractos de Acerola.
En primer lugar, gracias a su mayor concentración de Vitamina C, el zumo de Acerola posee las propiedades antioxidantes y protectoras más potentes para nuestro organismo(1).
Por último, para una misma cantidad de Vitamina C, la absorción intestinal de ésta es mayor cuando la Vitamina C es aportada por un extracto de Acerola(2), lo que aumenta su biodisponibilidad y por tanto su eficacia.
También te encantarán estos ingredientes para la inmunidad y la energía:
(1) Nowak D(1), Gośliński M(1), Wojtowicz E(2), Przygoński K(2). Propiedades antioxidantes y compuestos fenólicos de zumos ricos en vitamina C. J Food Sci. 2018 Aug;83(8):2237-2246. doi: 10.1111/1750-3841.14284. Epub 2018 jul 25.
(2) Takino Y, Aoki H, Kondo Y, Ishigami A. La acerola (Malpighia emarginata DC.) promueve la captación de ácido ascórbico en las células Caco-2 intestinales humanas a través de la mejora de la expresión génica del transportador 1 de vitamina C dependiente del sodio. J Nutr Sci Vitaminol (Tokio). 2020;66(4):296-299. doi: 10.3177/jnsv.66.296.