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Más comúnmente conocida como bifidobacteria o bifidus, la bifidobacterium bifidum es una bacteria denominada probiótica, que puede ayudar a las bacterias presentes de forma natural en nuestro organismo. Se trata de una bacteria beneficiosa para nuestro tracto digestivo...
El nombre de bifidobacterium, atribuido a esta bacteria por Christian Gottfried Ehrenberg en 1838, procede del latín "bifidus" que significa "partido en dos" y "bacterium" que es la traducción latina de "palo", debido a su morfología en forma de Y bífida.
Fue en 1899 cuando Henri Tissier, pediatra del Instituto Pasteur, aisló por primera vez la bifidobacteria a partir de las heces de un lactante.
Durante mucho tiempo, los bacteriólogos equipararon el Bifidobacterium bifidum con el Lactobacillus bifidus, pero ahora se sabe que pertenecen a un taxón separado de los bífidos.
B. Bifidum es, por tanto, una bacteria Gram positiva anaerobia estricta (no tolera el oxígeno y, por tanto, es difícil de estudiar en el laboratorio), especialmente presente en el colon de los lactantes alimentados con leche materna, pero cuyo nivel disminuye con la edad.
B.Bifidum es un probiótico que no se encuentra de forma natural en los alimentos, a diferencia de otros probióticos de tipo lactobacillus, presentes de forma natural en yogures, quesos, kéfir de frutas, kéfir de leche, embutidos o aceitunas.
Por otro lado, existen muchos yogures enriquecidos con B.bifidum, que son útiles para estimular el sistema inmunitario y mejorar las funciones digestivas de sus consumidores. Es el caso de los yogures con bífidus activo, cada vez más numerosos en el mercado, cuya marca estrella es Activia de Danone.
Según la Organización Mundial de la Salud, los probióticos son "bacterias vivas que, consumidas regularmente y en cantidad suficiente, tienen un efecto potencialmente beneficioso para la salud".
Pero para comprender mejor las virtudes del B.Bifidum, es importante entender cómo funciona nuestra flora intestinal. Se calcula que hay más de 100.000 bacterias en nuestro tubo digestivo, es decir, ¡casi 1,5 kg de bacterias en un ser humano adulto! Estas bacterias pertenecen a cientos de especies diferentes, y cada uno de nosotros tiene su propia composición bacteriana, también llamada microbiota, que es una especie de firma bacteriana única.
Una microbiota afectada, disminuida o desequilibrada puede tener consecuencias importantes sobre la salud y la forma física. Los probióticos, y en particular el B.Bifidum, son por tanto muy eficaces para regenerar y reequilibrar la flora intestinal.
Una microbiota equilibrada es esencial para gozar de buena salud, ya que nuestras bacterias interactúan con las células del sistema inmunitario. Sin microbiota, o con una microbiota desequilibrada, el sistema inmunitario se atrofia.
Un estudio doble ciego realizado en 20151 y publicado en el Journal of the American College of Nutrition probó una combinación de 3 probióticos (Lactobacillus gasseri, Bifidobacterium bifidum y Bifidobacterium longum) en el sistema inmunitario. El resultado es claro: el nivel de linfocitos circulantes (glóbulos blancos cuyo alto nivel refleja un sistema inmunitario eficaz) permanece constante durante el tratamiento, mientras que disminuye rápidamente con el placebo.
Estudios clínicos realizados en 19942 y 20103 han demostrado los beneficios de B. Bifidum en la diarrea por rotavirus o la diarrea asociada a la radioterapia para el cáncer de cuello de útero.
Un estudio japonés de 2015 publicado en Bioscience of Microbiota, Food and Health descubrió una mejora de los síntomas en pacientes con SFI (síndrome del intestino irritable), que provoca dolor abdominal con estreñimiento, diarrea o ambos. Este síndrome afecta a una de cada cinco personas y puede ser muy doloroso e incapacitante.
Por último, se ha demostrado que el B. Bifidum inhibe la actividad de Helicobacter pylori, una bacteria que coloniza la mucosa gástrica y provoca una infección crónica. Se cree que casi una de cada dos personas en el mundo está afectada por H. pylori, que predispone al cáncer gástrico.
Estas alergias o intolerancias alimentarias provocan trastornos digestivos graves que alteran la flora intestinal y pueden atrofiar las vellosidades intestinales. Al restablecer la microbiota, B. Bifidum contribuye a la reconstrucción de las pilosidades y a la mejora de los síntomas.
Un estudio doble ciego realizado en 2015 y publicado en el British Journal of Nutrition, demostró que la ingesta de bifidobacterium bifidum en estudiantes estresados en vísperas de exámenes reducía significativamente el riesgo de infecciones de las vías respiratorias superiores en comparación con el grupo de control tratado con placebo, pero también en comparación con otros dos grupos tratados con otras bacterias probióticas.
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Para que los probióticos sean eficaces, es esencial que lleguen en gran número y vivos al intestino. Sin embargo, el estómago produce jugos gástricos que matan el 90% de los probióticos si no están debidamente protegidos. Para evitarlo, existen cápsulas con recubrimiento entérico, diseñadas para resistir los jugos gástricos y disolverse una sola vez en el intestino.
La unidad de medida de los probióticos son las UFC (Unidades Formadoras de Colonias), y la dosis recomendada de probióticos varía entre 2.000 y 30.000 millones al día en función de las indicaciones.
Un consumo elevado de suplementos a base de probióticos puede provocar un aumento de los gases intestinales, hinchazón o incluso una ligera irritación intestinal en algunas personas. En ese caso, puede ser aconsejable reducir la dosis y aumentarla después de forma más gradual. No utilizar sin indicación médica en caso de debilitamiento del sistema inmunitario debido a una enfermedad (SIDA, linfoma) o a un tratamiento (quimioterapia, radioterapia).
Del mismo modo, en caso de náuseas, fiebre, vómitos, diarrea con sangre o dolor de estómago intenso, es aconsejable consultar a un médico antes de iniciar un tratamiento con probióticos.
1. paiser SJ, Culpepper T, Nieves C Jr, Ukhanova M, Mai V, Percival SS, Christman MC, Langkamp-Henken B. La ingesta de Lactobacillus gasseri KS-13, Bifidobacterium bifidum G9-1 y Bifidobacterium longum MM-2 induce un perfil de citoquinas menos inflamatorio y un cambio potencialmente beneficioso en la microbiota intestinal en adultos mayores: un estudio aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo y cruzado. J Am Coll Nutr 2015;34:459-69.
2. Saavedra, JM, Bauman, NA, Perman, JA, Yolken, RH y Oung, I (1994). Alimentación de Bifidobacterium bifidum y Streptococcus thermophilus a lactantes hospitalizados para la prevención de la diarrea y la diseminación de rotavirus. The Lancet. 344, pp. 1046-1049.
3. Chitapanarux, I., Chitapanarux, T., Traisathit, P., Kudumpee, S., Tharavichitkul, E., & Lorvidhaya, V. (2010). Randomized controlled trial of live lactobacillus acidophilus plus bifidobacterium bifidum in prophylaxis of diarrhea during radiotherapy in cervical cancer patients. Oncología Radioterápica, 5, 31