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Su nombre nos resulta familiar, y generalmente la asociamos con el cabello y las uñas, donde es sinónimo de fuerza y salud. Y con razón, la queratina es la proteína más abundante en el cabello y las uñas, donde desempeña un papel cohesionador y estructural. Descubramos sus propiedades y virtudes...
La raíz de la palabra Queratina procede del griego Keras, cuyo primer significado es "cuerno". Producida por los queratinocitos, las células que forman la piel (pelo, uñas, etc.), la queratina representa casi el 90% de su composición final. Se trata de una escleroproteína insoluble de estructura helicoidal y fibrosa que contiene una gran cantidad de aminoácidos azufrados, en particular cisteína.
Existen dos formas de queratina: la queratina alfa, que se encuentra en los mamíferos y, por tanto, en los seres humanos, y la queratina beta, que se encuentra en los reptiles y las aves.
La queratina no está presente en los alimentos porque es una proteína estructural, no digerible. Sin embargo, algunos alimentos favorecen su síntesis y, añadiéndolos regularmente al menú, se puede aumentar la producción de queratina. Esto es especialmente cierto en el caso de los alimentos ricos en proteínas, y en particular las proteínas animales, como la carne, el pescado y los productos lácteos.
De hecho, son las proteínas más ricas en aminoácidos azufrados (cisteína en particular) las que mejor contribuyen a estimular la síntesis de queratina. Estos aminoácidos azufrados se encuentran principalmente en la carne de primera categoría, es decir, la carne a la parrilla, pobre en tendones, ligamentos y colágeno. El pescado también es una buena fuente de aminoácidos azufrados, al igual que los productos lácteos bajos en grasa.
Además de los aminoácidos, otro elemento que contribuye a una síntesis eficaz de la queratina es el betacaroteno. Este pigmento, precursor de la vitamina A, se encuentra en frutas y verduras muy coloridas, como el mango, el melón, las zanahorias, los albaricoques, pero también las espinacas, los pimientos y la acedera.
La queratina se utiliza principalmente en cosmetología para reforzar la estructura del cabello y estimular su crecimiento. Permite reforzar el cemento intercelular, volver a unir las escamas del cabello actuando como una película protectora, que lo recubre y enfunda.
La queratina también hace que el cabello sea impermeable y resistente.
También es responsable de su elasticidad. Cuando se tira del cabello, se estira hasta un 5%, lo que impide que se rompa al menor tirón (cepillado, peinados tirantes, etc.).
Por último, es la queratina la que confiere al cabello su plasticidad, es decir, su forma natural. El pelo rizado puede alisarse con el secador, pero recuperará su forma rizada al entrar en contacto con el agua. Del mismo modo, el pelo liso que se ha rizado con un rizador recuperará su lisura, todo gracias a la queratina.
Un cabello rico en queratina es garantía de buena salud y belleza. El cabello rico en queratina es fuerte, brillante y flexible. Las escamas del cabello están bien cerradas, lo que le permite reflejar la luz y brillar.
Por el contrario, un cabello con bajo contenido en queratina es opaco, quebradizo y áspero.
El contenido de queratina del cabello se ve afectado por tratamientos agresivos repetidos o una dieta desequilibrada. Pero también disminuye de forma natural con la edad. Un tratamiento de queratina actúa como un tratamiento rejuvenecedor del cabello.
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Aunque la queratina -tal como se encuentra en nuestro cabello- es una proteína que no puede digerirse ni asimilarse por vía oral, puede hacerse soluble y biodisponible mediante procesos de fabricación. De este modo, puede convertirse en un complemento alimenticio eficaz.
La queratina extraída puede atravesar la barrera intestinal y llegar al torrente sanguíneo para actuar sobre la estructura capilar. Las dosis recomendadas suelen ser de 500 mg a 1 g de queratina al día en forma de comprimidos, durante un periodo de 2 a 3 meses.
La queratina también puede utilizarse en tratamientos externos, en salón (alisado brasileño, tratamiento de queratina) o en casa (champús, sueros, mascarillas, etc.).
Dado que la queratina es una proteína, se recomienda encarecidamente respetar las dosis prescritas sin sobrepasarlas para no perturbar el buen funcionamiento de los riñones.
No se recomienda administrar suplementos de queratina a los niños.
Las mujeres embarazadas o en período de lactancia deben consultar a su médico antes de iniciar un tratamiento.