Levadura de Arroz Rojo q10 Colesterol
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Levadura de Arroz Rojo q10 Colesterol
Información | Detalles |
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Nombre común | Semillas de chía |
Otros nombres | Salvia hispanica, semillas de Salvia |
Nombre científico | Salvia hispanica |
Grupo taxonómico | Lamiaceae (familia de las mentas) |
Origen | Originarias de América Central, cultivadas principalmente en México y Bolivia |
Partes utilizadas | Semillas |
Compuestos activos principales | Fibras, ácidos grasos omega-3 (ALA), proteínas, antioxidantes, vitaminas (B1, B3), minerales (calcio, magnesio) |
Beneficios destacados | Apoyo digestivo, control de peso, salud cardiovascular, energía sostenible, hidratación |
Esta pequeña semilla marrón se ha convertido en una verdadera estrella dentro de los superalimentos en tan solo unos años. Las semillas de chía - pronunciadas "Tchia" - tienen todo para cautivar gracias a sus extraordinarias propiedades nutricionales y culinarias. En este artículo, te invitamos a explorar a fondo los beneficios de este excepcional alimento.
Las semillas de chía provienen de la planta herbácea Salvia hispanica, prima de la salvia, y originaria de México. Su nombre deriva de "Chiyan", que significa salvia en náhuatl, la lengua de los aztecas. Son tan emblemáticas de México que dieron su nombre al estado de Chiapas. Estas pequeñas semillas, cultivadas desde hace milenios, constituían un alimento básico para los aztecas, quienes les atribuían virtudes cognitivas, y eran consumidas por los nativos americanos para mejorar su rendimiento físico.
Estas semillas oscuras y de sabor bastante neutro son oleaginosas, similares al sésamo o al amapola. Una de sus peculiaridades es que aumentan de volumen al entrar en contacto con agua, formando un mucílago viscoso, similar a las perlas de tapioca. Esto las convierte en un supresor natural del apetito, elevando su popularidad como alimento adelgazante a finales de los años 90, tras varios siglos de olvido.
Las semillas de chía son auténticas bombas nutricionales, lo que las coloca en la cima de los superalimentos. Naturalmente ricas en ácidos grasos esenciales, contienen omega-3 en cantidades superiores a las de los pescados grasos, además de omega-6 en cantidades significativas.
Con 19,5 g de proteínas por cada 100 g, las semillas de chía son casi tan ricas en proteínas como el jamón, lo que las convierte en un gran aliado para veganos y vegetarianos. Además, sus proteínas son ricas en triptófano, un aminoácido que ayuda a regular el estado de ánimo y el apetito.
En cuanto a minerales, las semillas de chía tienen un contenido de calcio 6 veces superior al de la leche de vaca y más magnesio que el chocolate negro, conocido por ser una de las mejores fuentes de este mineral.
Por último, las semillas de chía contienen antioxidantes (flavonoides y vitamina E) en cantidades muy superiores a la mayoría de otras semillas oleaginosas.
Un estudio realizado en 2014 demostró que consumir 35 g de semillas de chía diariamente durante 12 semanas puede reducir la presión arterial en personas hipertensas. Además, el mucílago que generan las semillas de chía en un medio acuoso actúa como una trampa para las grasas alimentarias, evitando en gran parte que estas atraviesen la barrera intestinal y entren en el torrente sanguíneo. Su consumo regular también ha mostrado beneficios en estudios realizados en animales, reduciendo el colesterol LDL ("malo") y disminuyendo el riesgo de obstrucción de los vasos sanguíneos.
Cuando las semillas de chía entran en contacto con el agua, aumentan su volumen hasta 7 veces, formando un mucílago viscoso que genera una sensación de saciedad duradera. En efecto, se comportan como pequeñas esponjas que se expanden en el estómago, lo que las convierte en un excelente supresor del apetito. Un estudio sugiere que añadir semillas de chía al desayuno aumenta la sensación de saciedad, ayudando a controlar mejor la ingesta de alimentos en las comidas posteriores.
Con más de un 34% de fibra alimentaria, las semillas de chía son una excelente fuente de este nutriente esencial. Pueden contribuir significativamente a cubrir las necesidades diarias de fibra, algo especialmente importante dado que el consumo promedio de fibra suele ser inferior a las recomendaciones. Las fibras son fundamentales para la salud digestiva y general, y estudios han demostrado que una ingesta adecuada tiene efectos positivos en el microbiota intestinal, el tránsito intestinal y la prevención de ciertos tipos de cáncer colorrectal.
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Las fibras presentes en las semillas de chía ralentizan la absorción de carbohidratos, ayudando a regular los niveles de glucosa en sangre. Consumirlas regularmente puede contribuir a mantener una glucemia estable y prevenir la diabetes, o a mejorar su control en personas que ya la padecen.
Las proteínas de las semillas de chía son ricas en triptófano, un aminoácido precursor de la serotonina y la melatonina, dos compuestos que regulan el estado de ánimo, la relajación y el sueño. Incorporar estas semillas en la cena podría beneficiar a personas con problemas de insomnio.
Gracias a su sabor neutro, las semillas de chía se adaptan a una amplia variedad de recetas, tanto dulces como saladas. Puedes molerlas y espolvorearlas sobre ensaladas, salteados de verduras, yogures o postres de frutas. También son ideales para añadir a bowls, muffins, panes o pancakes, enriqueciendo las recetas con un extra de nutrientes.
Además, su capacidad para absorber agua las convierte en un excelente espesante natural, ideal para preparar postres cremosos, smoothies, puddings, mermeladas ligeras, entre otros.
Se recomienda consumir entre dos y tres cucharadas de semillas de chía al día. Es aconsejable comenzar con una cucharada para evitar molestias digestivas y aumentar la cantidad progresivamente. También es más efectivo molerlas para mejorar su biodisponibilidad y facilitar la absorción de sus nutrientes.
Para garantizar una calidad óptima, se recomienda optar por semillas de chía procedentes de agricultura ecológica, lo que asegura prácticas respetuosas con el medio ambiente y la ausencia de pesticidas. Tanto las semillas de chía blancas como las negras tienen valores nutricionales equivalentes. Aunque las mejores semillas suelen proceder de América Central y del Sur, recientemente se ha comenzado a cultivar chía en Europa.
Un consumo elevado de semillas de chía puede provocar molestias digestivas como hinchazón, gases o espasmos intestinales, especialmente en personas con intestinos sensibles.
Según el Comité Europeo para Nuevos Alimentos y Procesos, las semillas de chía presentan un "potencial alergénico aún no completamente determinado". Por ello, las personas alérgicas a otras semillas oleaginosas (como el sésamo, lino o amapola) deben ser cautelosas ante posibles reacciones cruzadas. Además, debido a su alto contenido en ácido alfa-linolénico, su consumo no se recomienda a hombres con antecedentes familiares de cáncer de próstata.
Las semillas de chía destacan por sus propiedades nutricionales únicas y sus múltiples beneficios para la salud. Son un aliado para mejorar la digestión, la salud cardiovascular, la gestión del peso e incluso el sueño. Gracias a su versatilidad culinaria, estas semillas son fáciles de incorporar en la dieta diaria. Ricas en fibra, omega-3 y minerales esenciales, las semillas de chía son un superalimento ideal para quienes buscan una alimentación saludable y natural. Incorporarlas a tu dieta es un paso seguro para potenciar tu bienestar y disfrutar de sus múltiples virtudes.
Este artículo fue revisado por Léa Zubiria.
Léa Zubiria, dietista-nutricionista y periodista especializada en nutrición y salud, es autora del libro Como sin FODMAPs (Eyrolles). Experta en alimentación intuitiva, vegetal y de temporada.
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