Levadura de Arroz Rojo q10 Colesterol
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Un ingrediente imprescindible en la cocina mediterránea, el ajo no solo aporta sabor a nuestros platos, ¡sino que es un auténtico concentrado de nutrientes y principios activos! Esta pequeña pero poderosa cabeza de ajo está repleta de propiedades beneficiosas para la salud. ¡Descubre los múltiples beneficios de este bulbo delicioso y poderoso!
Esta planta herbácea perenne es originaria de Asia Central, especialmente de una región que abarca India, China, Egipto y Ucrania. Se ha consumido durante milenios, primero por sus propiedades medicinales y luego por sus cualidades culinarias. De hecho, el ajo sería uno de los primeros vegetales cultivados por los humanos por sus beneficios para la salud. Se han encontrado cabezas de ajo en arcilla que datan de casi 4.000 años a.C.
Se dice que los esclavos egipcios que trabajaban en la construcción de las pirámides consumían ajo para aumentar su fuerza y resistencia. Uno de los tratados médicos más antiguos (Papiro Ebers), que data del siglo XVI a.C., ya mencionaba el ajo como tratamiento para diversas afecciones. Más tarde, la planta migró hacia el extremo oriente y la cuenca mediterránea, donde se convirtió en un ingrediente clave en la gastronomía local.
Durante la Antigüedad, los griegos y romanos atribuían al ajo propiedades fortalecedoras y lo daban a sus soldados y atletas. En la medicina oriental, se recomendaba para aliviar el dolor gástrico y las infecciones cutáneas. Sus propiedades antimicrobianas y antibacterianas fueron demostradas por Louis Pasteur a mediados del siglo XIX.
Durante la Primera Guerra Mundial, los ingleses usaban ajo para curar las heridas de los soldados, y durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército ruso recurrió al ajo debido a la escasez de antibióticos. Hoy en día, este pequeño bulbo blanco se utiliza ampliamente en Occidente por sus propiedades vermífugas, hipotensivas y para tratar infecciones cutáneas.
El ajo es un bulbo perteneciente a la familia de las aliáceas. Utilizado como condimento, es un auténtico concentrado de micronutrientes(11). En cuanto a vitaminas, el ajo es particularmente rico en vitamina B6, que interviene en el metabolismo de proteínas y lípidos, así como en vitamina C, una famosa vitamina antioxidante. En cuanto a minerales, el ajo contiene fósforo, potasio, calcio y manganeso.
Más allá de su contenido en vitaminas y minerales, son los principios activos del ajo los que le otorgan sus numerosas propiedades medicinales:
Dos estudios realizados en 2008, uno en Estados Unidos(1) y otro en Australia(2), analizaron el efecto del ajo en la hipertensión arterial. Ambos demostraron una reducción en la presión arterial de los pacientes ligeramente hipertensos suplementados con extracto de ajo. Parece que el ajo también actúa sobre la vasodilatación de los capilares y arteriolas. La OMS reconoce que el ajo puede ser útil en casos de hipertensión moderada(12).
Un estudio británico(4) analizó el efecto antiplaquetario del ajo, concluyendo: «El AGE [extracto de ajo envejecido], cuando se toma como suplemento alimenticio, puede ser beneficioso para proteger contra enfermedades cardiovasculares al inhibir la agregación plaquetaria».
En 2001, un estudio estadounidense(5) confirmó que el extracto de ajo «inhibe selectivamente la agregación y adhesión de plaquetas, funciones que pueden ser importantes en el desarrollo de eventos cardiovasculares como infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares isquémicos».
El efecto cardioprotector del ajo ha sido demostrado en varios estudios. Según una investigación de 1993 en Nueva York, la suplementación con ajo reduciría significativamente el colesterol total(3). Estos resultados han sido confirmados por estudios posteriores sobre el impacto del ajo en la regulación del colesterol sanguíneo.
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El ajo forma parte de los remedios naturales que podrían realmente ayudar a pacientes con enfermedades crónicas. Esto es lo que sugiere un estudio de 2021(13) sobre los efectos de 24 nutrientes y fitonutrientes en el sistema inmunitario y los mecanismos inflamatorios. El ajo contiene principios activos con un impacto positivo en la modulación de las defensas inmunitarias y la respuesta inflamatoria del organismo. Estos resultados son alentadores y deberán confirmarse con más estudios.
El ajo se ha utilizado tradicionalmente por sus propiedades antiinfecciosas y antibacterianas. Pasteur ya lo observó en 1858 al aplicar jugo de ajo en bacterias, que no pudieron resistir. La alicina y el sulfuro de dialilo presentes en el ajo serían responsables de estos efectos. Un metaanálisis de 2012(7) demostró la actividad antimicrobiana del sulfuro de dialilo en los alimentos.
¿Comer ajo crudo para envejecer mejor? Esto es lo que sugiere un estudio reciente realizado en Louisville(10). El ajo tendría un efecto beneficioso en la flora intestinal y el microbiota, que además de ser positivo para la salud digestiva, podría contribuir a mejorar la memoria. Un posible enfoque para nuevos tratamientos del Alzheimer.
Un estudio chino de 2017(6) mostró que la suplementación con ajo se correlaciona con una disminución de la glucemia en ayunas y de la hemoglobina glicosilada, un marcador de glucemia a largo plazo. Este efecto hipoglucemiante estaría relacionado con una mayor secreción de insulina.
La dosis recomendada de ajo varía según su forma de consumo:
¿Lo sabías? El ajo fresco también puede consumirse en infusión: basta con infusionar un diente de ajo en una taza de agua hirviendo durante 5 minutos.
En grandes cantidades, el ajo puede provocar molestias digestivas y calambres abdominales. El ajo crudo puede resultar difícil de digerir; se recomienda quitar el germen central del bulbo y cocinarlo si produce molestias. Además, por precaución, no se deben consumir grandes cantidades de ajo antes y después de una cirugía debido a su efecto anticoagulante.
El ajo es mucho más que un simple condimento: es un verdadero aliado de la salud, reconocido por sus numerosos beneficios, que van desde el apoyo cardiovascular hasta el fortalecimiento del sistema inmunitario. Ya sea crudo, cocido o en forma de suplementos, el ajo es fácil de integrar en la rutina diaria para mejorar la salud general. ¡Esperamos que este artículo te haya inspirado a incorporar este superalimento a tus comidas para aprovechar al máximo sus propiedades!
Este artículo fue revisado por Léa Zubiria.
Léa Zubiria, dietista-nutricionista y periodista especializada en nutrición y salud, es autora del libro Como sin FODMAPs (Eyrolles). Experta en alimentación intuitiva, vegetal y de temporada.
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