Levadura de Arroz Rojo q10 Colesterol
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Levadura de Arroz Rojo q10 Colesterol
Información | Detalles |
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Nombre Común | Papayo |
Otros Nombres | Árbol de papaya, melón de los trópicos |
Nombre Latino | Carica papaya |
Grupo Taxonómico | Plantas dicotiledóneas |
Origen | Originario de las regiones tropicales de América Central y del Sur |
Parte(s) Utilizada(s) | Frutos (papayas), hojas, semillas, látex |
Compuestos Activos Principales | Papaína, carotenoides, flavonoides, vitaminas C, A y E, fibras alimenticias |
Atributos Beneficiosos | Facilita la digestión, propiedades antioxidantes, apoyo inmunológico, beneficios para la piel |
Si bien se conoce principalmente por sus frutos de dulce sabor exótico, el papayo también se utiliza en fitoterapia por sus semillas, hojas, látex e incluso raíces. ¡En este artículo, hacemos un enfoque en esta planta única con sorprendentes virtudes!
Este árbol con aspecto de palmera, que puede alcanzar hasta 10 metros de altura, pertenece a la pequeña familia de las Caricaceae. Los botánicos lo clasifican en el orden de las brassicales, al igual que los repollos, berros y la mostaza. Sus frutos, de color amarillo anaranjado y forma ovalada, pueden pesar hasta 5 kg.
Desconocido en estado silvestre, el papayo (Carica papaya) probablemente resulta de un cruce espontáneo de otras dos especies en América Latina. Luego se propagó rápidamente gracias a sus semillas, que tienen la característica de conservar su capacidad germinativa durante mucho tiempo. Este árbol muy fértil y bastante robusto se ha desarrollado en Asia, África y América.
Los indígenas y amerindios han usado la papaya durante mucho tiempo para ablandar carnes duras: rallaban la pulpa del fruto sobre la carne y luego envolvían todo en hojas de papayo. La papaya llegó a Europa en el siglo XVII, pero todavía es relativamente rara en los mercados franceses.
La papaya es un fruto moderadamente dulce y calórico, ya que contiene 9,9 g de carbohidratos y 43 calorías por cada 100 g. Destaca por su contenido en vitamina C, ¡incluso mayor que el de la naranja o el pomelo! Como lo indica su bello color anaranjado, la papaya también es rica en betacaroteno, o carotenoides, que contiene en proporciones similares a la zanahoria. En cuanto a minerales, tiene cantidades interesantes de potasio y calcio. Finalmente, la papaya es un fruto rico en fibras, principalmente pectinas.
La corteza de los frutos contiene látex en una cantidad mayor cuanto más verde está el fruto. Este látex contiene dos principios activos: la papaína y la quimopapaína, dos enzimas eficaces para facilitar la digestión de alimentos proteicos.
Las semillas del papayo, muy ricas en lípidos, especialmente en ácidos grasos monoinsaturados, contribuyen a mantener una buena salud cardiovascular. También son ricas en glucotropaeolina (un glucosinolato) y en isotiocianatos, sustancias con múltiples propiedades medicinales (antiinflamatorias, anticancerígenas, antibacterianas...). Las hojas contienen látex (como la corteza del fruto), flavonoides antioxidantes y calpaína cardiotónica, aunque también cardiotóxica en altas dosis.
La papaína presente en el látex se utiliza ampliamente en farmacología para tratar insuficiencia gástrica y duodenal. Las infusiones de hojas son eficaces para aliviar hinchazones y trastornos digestivos(2).
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Gracias a su riqueza en micronutrientes, el papayo puede ayudar a fortalecer las defensas naturales del organismo. En primer lugar, el papayo es muy rico en vitamina C, reconocida por sus beneficios para el sistema inmunológico y su acción antioxidante, que protege las células contra la oxidación y el envejecimiento prematuro. Además, el papayo es una fuente de vitaminas A, B6, B9 y B12, que participan en el sistema de defensa del organismo, así como en los mecanismos de división y crecimiento celular.
Como mencionamos anteriormente, el papayo es una excelente fuente de vitamina A. La vitamina A contribuye a una visión normal(3). Se sabe que la deficiencia de vitamina A es la principal causa de ceguera en los países en desarrollo. Aunque esta deficiencia es prácticamente inexistente en los países desarrollados, los déficits moderados deben ser monitoreados, especialmente en personas mayores(4). El primer signo de una deficiencia de vitamina A es una disminución de la agudeza visual, que se manifiesta sobre todo por la noche.
En uso externo (cataplasma, aplicación local), el papayo podría ayudar a tratar afecciones bucofaríngeas, cicatrización de heridas(5) y problemas de piel como forúnculos o verrugas. La quimopapaína, por su parte, se usa para aliviar dolores neurálgicos del nervio ciático (hernias discales)(6).
Los aborígenes australianos le atribuyen propiedades anticancerígenas, que aún no han sido verificadas científicamente. En Asia, las hojas amarillentas del papayo se usan para tratar infecciones virales (como el dengue) al aumentar el conteo de plaquetas en sangre, aunque estos efectos no han sido validados científicamente a gran escala.
Las semillas de papaya, gracias a su contenido en glucotropaeolina, un glucosinolato, podrían tener efectos antiparasitarios (vermífugos), antibacterianos, analgésicos y anticancerígenos, al ralentizar el desarrollo de células cancerosas. Estas propiedades podrían ser interesantes para investigaciones futuras(7)(8).
Por último, un estudio(1) mostró que el consumo semanal de papaya podría ayudar a disminuir el riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino.
El papayo se destaca por su riqueza en papaína, antioxidantes y otros compuestos supuestamente antiinflamatorios previamente mencionados. No es sorprendente que sea particularmente popular en cosmética. Hoy sabemos que los antioxidantes ayudan a combatir eficazmente los radicales libres y sus ataques a la barrera cutánea. Los antioxidantes también contribuyen a prevenir el envejecimiento prematuro de las células(9). Además, el papayo es una buena fuente de betacaroteno, que actúa como un activador natural de la melanina(10), el pigmento responsable de un efecto de "buena cara" y de la protección de la piel contra los rayos UV.
El papayo, por sí solo, no permite perder peso. Sin embargo, si se incorpora dentro de una dieta sana y equilibrada, puede tener algunos efectos beneficiosos. La papaína favorece la digestión y la eliminación de células grasas. Además, la papaya es rica en fibras alimenticias que promueven la saciedad, ayudan a controlar la ingesta alimentaria, respaldan la salud intestinal y parecen tener un efecto positivo general en el peso corporal(11)(12).
Las infusiones de papayo, según algunas fuentes, podrían tener un efecto hipoglucemiante eficaz(13)(14), interesante para casos de diabetes moderada. Sin embargo, el papayo no puede sustituir un tratamiento médico. Es más bien un complemento natural que puede ayudar a estabilizar la glucosa en sangre.
En forma de infusión, se recomienda dejar enfriar una cucharadita de hojas de papayo en agua caliente, tres veces al día. También existen extractos líquidos de hojas de papaya; la dosis recomendada suele ser una cucharadita al día, diluida en un vaso de agua. La papaína extraída del látex se encuentra comúnmente en cápsulas con dosis variables; la posología está indicada en el empaque.
El látex de la papaya es particularmente alergénico. Además de las personas alérgicas al látex, existe una alergia cruzada con el plátano, el aguacate, las castañas y el kiwi: en caso de alergia a alguno de estos frutos, es preferible evitar el consumo de papaya.
Por precaución, la papaína está contraindicada en mujeres embarazadas y lactantes. Los efectos de la papaína podrían potenciar los de los anticoagulantes o antiplaquetarios, por lo que se debe tener cuidado en caso de tratamientos médicos en curso.
El papayo, más que un simple fruto exótico, podría ser un tesoro de beneficios para la salud, la digestión y la piel. Gracias a su riqueza en vitaminas, enzimas y antioxidantes, es un gran aliado natural. Incorporado en una dieta equilibrada o en uso externo, el papayo despliega todo su potencial para mejorar nuestro bienestar diario. Sin embargo, un consumo responsable es esencial para evitar riesgos de efectos adversos. ¡Adopta el papayo y aprovecha sus múltiples virtudes para una salud radiante!
Este artículo fue redactado por Léa Zubiria.
Léa Zubiria, dietista-nutricionista y periodista especializada en nutrición y salud, es autora del libro Yo como sin FODMAPs (Eyrolles). Experta en alimentación intuitiva, vegetal y de temporada.
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